La croqueta es, sin duda, una de las grandes especialidades de la cultura gastronómica española, a pesar de su origen francés (el primer registro histórico de este adictivo bocado
data de principios del siglo XIX: Antonin Carême, chef de la corte de Luis XIV, sirvió sus croquettes en un gran banquete real). Mañana, 16 de enero, se celebra el Día Internacional de la Croqueta.
Lo más habitual es encontrarlas en las cartas de los restaurantes en su versión más clásica, es decir, de jamón o de puchero. Pero cada vez son más los espacios que apuestan por recetas más originales, como
es el caso del restaurante Urbà, el espacio gastronómico más abierto y cosmopolita gestionado por el Grup Santi Taura en la azotea del Hotel El Llorenç Parc de la Mar (Plaza de Llorenç Villalonga, 4; Palma
de Mallorca).

En su propuesta culinaria es posible encontrar las croquetas Carbonara, la clásica receta italiana transformada en croqueta. Se elaboran con guanciale, y se presentan con crema de yema de huevo,
queso parmesano, pimienta negra y una lámina de panceta curada Joselito. Además, sus croquetas de sabor mexicano denominadas ¡Molonas!, rellenas de pollo campero asado y bechamel con mole
poblano y acabadas con una mayonesa de mole rojo, cebolla encurtida y cilantro (precio: 8 euros/ dos unidades).