Cómo catar el agua, y es que hay muchos tipos de agua en el mercado con distintas mineralidades.
Y es que el agua , que de humilde acompañamiento ha pasado a reivindicar un nuevo rango en la mesa.
Servicio y cata
Es sabido que no todas las aguas son iguales y que cada agua cuenta con porcentajes y composiciones diferentes de sales minerales que, junto con la presencia de anhídrido carbónico, la hacen más o menos adecuada para acompañar ciertos tipos de plato y no otros como le ocurre a los vinos.
A través del análisis organoléptico es posible elegir la mejor agua para armonizarla con el vino y la comida.
Para ello debemos hacer un examen al igual que hacemos con el vino de vista, olfato y gusto, con el fin de armonizar el plato, el vino y el agua.
Por ejemplo una agua fuertemente mineralizada puede realzar en el vino la acidez y los taninos, mientras que su dulzura se hace menos perceptible.
Un agua básica puede mitigar la acidez y los taninos y además puede equilibrar la dulzura, sin el riesgo de que el vino pierda carácter y complejidad.
Como regla general, cuanto más neutra sea el agua, menor contenido en minerales, menos ácida o básica será y mejor podrá acompañar al vino.
En cuanto a qué vaso sería mejor para disfrutar de un agua, dependerá si tiene gas o no. Si el agua contiene gas será más estrechos en la parte superior para que las burbujas se conserven durante más tiempo mientras que los recipientes serán más amplios si el agua a servir no contiene gas.
Además es aconsejable conservar bien las botellas de agua, nunca deben guardarse donde les dé el sol y carente de olores.
Cómo servir el agua.
Lo más correcto es servir el agua lo primero y la última en ser retirada de la mesa. El agua debe servirse a una temperatura de 8 a 10 ºC . Además la botella o la jarra se ha de tener siempre a mano.
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