En la época en la que las familias se tenían que buscar la vida para comer y que fuese sabroso. Hubo unos años en los que gastabamos sin mucho control, recuerdo en la época de Navidad, estar en el supermercado repleto de gente y darme la sensación de que el gastar por gastar se nos estaba yendo de las manos. Ahora creo que somos conscientes que hay que aprovechar y que el mal gasto no es necesario, tanto para nosotros como para el planeta y el ecosistema.
La ropa vieja es ideal para comer, además si te gusta puedes adaptarla y prepararla de forma vegetariana. Directamente tendrías que cocer los garbanzos y las verduras y después rehogarlos en salsa de tomate.